domingo, 13 de marzo de 2011

LA CARA OCULTA DE LA LUNA



Actualmente vivimos en la sociedad de la imagen, en la saturación informativa y en el caos mediático.
Nos encontramos ante un continuo bombardeo de imágenes, noticias y publicidad. 

Este exceso del que nos rodeamos día a día entorpece nuestra asimilación y nuestra creación de conocimientos válidos. Pues el ser humano cuenta con recursos mentales limitados que le impiden captar la atención de todo lo que le rodea. Tan solo puede atender a una parte de los estímulos que recibe dejando al resto desatendidos. Al no prestar atención a algunas partes de la realidad las hace inexistentes, al menos en la mente de este sujeto. Sin embargo no siempre los estímulos percibidos son los más importantes y los ignorados los de menos valor. En ocasiones obviamos cosas que podrían sernos útiles y otras veces damos importancia a realidades banales pues los factores que llaman nuestra atención son muchos y de diversa índole y normalmente no se guían por la razón sino por preferencias sensoriales humanas.
Pero en ocasiones algunos estímulos que quedan fuera del radio de atención salen a la luz; a veces inmediatamente y otras un poco más tarde. No los hemos percibido conscientemente sin embargo han despertado reacciones en nuestro cerebro.

Ocurre en publicidad directa, tanto en spots como en anuncios gráficos, pero queremos destacar su presencia en las series de televisión. En cualquier serie de televisión que esté ambientada temporalmente próxima a nuestros días (por la semejanza de los productos).

Los efectos que la publicidad subliminal ejerce sobre el hombre no están del todo claros, desde los comienzos de su estudio han generado mucha controversia y miedo social.
Sin embargo está vez nos referimos al “préstamo” que muchas marcas hacen de sus productos a películas y series y en algunos casos incluso a programas. Comida, utensilios de cocina, productos de limpieza etc.

 Crean necesidades en el espectador que contempla el espectáculo audiovisual. Activa sensaciones en el ser humano, por mímesis (imitación), por el deseo de lo ajeno o simplemente porque recuerda un estado físico actual o lo refuerza (hambre o sed).
Desde los actos más simples como el de alimentarse hasta otros más complejos cuando se introduce una marca pueden provocar una conducta en los espectadores. Cuando estamos viendo una película en la que están comiendo y aunque no tengamos hambre este estímulo visual llega al cerebro que lo traduce en una reacción sensorial, la salivación, y esto genera la sensación, a veces imaginaria, de hambre. Lo mismo ocurre con la sed;  el sonido del agua, o la imagen de una bebida, estimulan el cerebro creando la sensación de sed.

Hasta aquí tan solo se produce la reacción habitual estimulo - cerebro - respuesta sensorial.
Sin embargo las marcas de consumo aprovechan está reacción natural del hombre para vender sus productos. No es una promoción como podría ser un spot publicitario, aumenta las ventas sin persuadir directamente al espectador, puede incluso que ni siquiera lo haga llamando su atención sino simplemente poniéndolo delante de su vista, sin utilizar ninguno de los recursos para captar su interés. De esta forma puede correrse el peligro de que el producto no entre en el campo de acción de los sentidos del espectador y  que no lo perciba.

Aunque sí causa efecto en muchas ocasiones. Un claro ejemplo en la serie “Ana y los siete” uno de los protagonistas. Aparecía en numerosas ocasiones comiendo ositos Haribo, no otra marca sino Haribo. Y aunque no se haga una referencia directa al producto consigue introducirse en la mente del consumidor. En ocasiones la necesidad se crea de forma inmediata y en otras se almacena hasta el momento en que puede manifestarse. Quizá en el momento en que veamos la imagen de las golosinas sintamos el deseo de comer esas mismas golosinas y puede ser que ese deseo o recuerdo se active cuando vayamos a comprar al supermercado o pasemos delante de una tienda de gominolas.Otro ejemplo muy claro es el de las rosquillas o Donuts en la serie Los Simpson.

La serie los Simpson y los Donuts

La marca Dunkin Donuts que responde al producto consumido en los Simpson


De esta forma las marcas consiguen introducir sus productos en la mente del consumidor, de forma casi imperceptible, no nos damos cuenta de que ese producto se ha adherido a  nosotros hasta que no nos provoca la necesidad y en ocasiones ni siquiera nos damos cuenta y pensamos que queremos comer golosinas por apetencia propia y no porque haya sido generada previamente, ante nuestra mirada pero sin nuestra atención.

Los productos alimenticios son los más utilizados y eficaces. Aunque también podemos referirnos a otra rama como es la navidad. Durante el periodo antes de navidad y durante se emiten en televisión numerosas películas propias de la época. No nos engañemos no es solo cuestión de temática, es un elemento más que favorecerá al consumo.

¿Preguntémonos qué es lo que podemos ver en ellas? Familias, regalos concretos, compras, juguetes, comidas típicas de navidad, decoración. Y no podría ocurrir que al igual que en el caso de Haribo todas estas imágenes se introdujeran en nuestra cabeza creando apetencias que salieran a la luz cuando fuésemos a comprar. Puede que además del turrón añadiésemos a nuestra cesta otros artículos, que no habíamos pensado comprar.


Las galletas de jengibre que aparecen en todas las películas americanas navideñas.

Los bastoncillos de navidad que han introducido las películas navideñas


Cualquier tema que trate el subconsciente genera controversia, debates y conclusiones diversas. Sin un estudio exhaustivo no podría afirmarse plenamente que estos mecanismos sean realmente eficaces. Aunque la base del comportamiento humano puede esclarecer algo las conclusiones el conocimiento no consciente será siempre la cara oculta de la luna, esperando a ser iluminada, para poder conocerla.

Me gustaría finalizar este análisis con una pregunta. Y es que hasta ahora hemos hablado de productos que provocan necesidades fisiológicas.
 Pero ¿Podría darse el caso en el que este tipo de estímulos, como son la emisión masiva de películas navideñas en navidad, produjeran un cambio de actitudes inconsciente respecto a la navidad?

2 comentarios:

  1. No acabo de entender la pregunta: ¿que si ver un montón de pelis navideñas puede hacer que tus actitudes hacia la navidad mejoren sin que tu te des cuenta?

    Por su puesto. La mayoría de los cambios de actitud, tienen lugar sin que los individuos se den cuenta. Pero hay que aclarar que no porque alguien vea modificadas sus actitudes sin saberlo, eso signifique que haya sido a través de publicidad o estímulos subliminales.

    PD: me gusta este blog!

    ResponderEliminar
  2. La pregunta es la sigiuente: ¿puede alguien cambiar sus hábitos de consumo inducidos por un deseo inconsciente, provocado a su vez por un bombardeo de películas navideñas en navidad?

    Es el mismo caso que el de los Donuts en los Simpson o las ositos de Haribo en Ana y los siete. El simple hecho de verlos puede hacer que nos apetezca comerlo y que cuando vayamos a comprar y vamos el producto ese deseo salga a la luz y lo compremos.

    No nos referimos en este caso a un cambio de actitudes sino a la creación de un deseo en nuestra mente.

    ResponderEliminar