jueves, 7 de abril de 2011

NO HAY UN GENIO TAN GENIAL



Agradecimientos: 

A Rafael Muñoz, por su paciencia infinita. 
A Belén Muñoz, por el sufrimiento de las represalias post-experimento.



Con este vídeo, queremos demostrar cómo es posible condicionar la conducta de una persona presentando estímulos que más tarde el sujeto asociará. Uno de esos estímulos no genera respuestas por sí solo, pero al asociarlo a uno que sí las produce, conseguiremos que el primero se contagie de esas respuestas.
Este experimento se conoce como el Experimento de Pávlov, ya que debe su nombre a Iván Petróvich Pávlov, especialista en fisiología intestinal y en el funcionamiento del sistema circulatorio.
Pávlov es conocido sobre todo por formular la Ley del Reflejo Condicionado. Realizó el conocido experimento consistente en hacer sonar una campana justo antes de dar alimento a un perro, llegando a la conclusión de que, cuando el perro tenía hambre, comenzaba a salivar nada más oír el sonido de la campana.




A partir de este estudio, nosotras hemos realizado dicho experimento en una persona. Como primer estímulo reproducimos el fragmento de una canción con un volumen elevado, provocando así un susto en el sujeto, y seguidamente es pulverizado con un spray (agua) en la cara.
Como resultado final, observamos como el sujeto asocia la música con el spray de agua y al escuchar el sonido de la música responde al sonido de la misma forma que lo haría ante el spray, a pesar de que la pulverización del spray no se realiza en esta última prueba.

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